viernes, 4 de mayo de 2012

COMUNICADO DEL SINDICATO DE ENSEÑANZA CGT MADRID ANTE LA PRUEBA CDI

Comunicado de CGT Enseñanza Madrid recibido el 3 de mayo de 2012:

Un año más la Consejería de Educación impone a todos los centros de la Comunidad de Madrid la realización de las pruebas de evaluación externa CDI (Conocimientos y destrezas indispensables) en 6º de Primaria, 3º de la ESO y desde el curso pasado también en 2º de Primaria.

Como ya se ha expresado desde diversos colectivos y organizaciones desde el año 2005  (que fue el primer año en que se realizó) esta prueba muestra una falta de rigor manifestada en:
  • La prueba evalúa la adquisición de unos contenidos concretos, no la adquisición de competencias; potenciando las pedagogías más tradicionales y conservadoras: aprendizaje memorístico, dictados, valorando exclusivamente los resultados y no teniendo en cuenta los procesos.
  • Al centrarse sólo en las áreas de matemáticas y lengua (y dentro de estas áreas en contenidos y no en competencias), la Consejería de Educación está dando el mensaje contundente a los centros de la prevalencia de unos contenidos sobre otros, de unas áreas sobre otras. De este modo, quedan relegados el resto de aprendizajes, como secundarios: estrategias de aprendizaje, desarrollo de la autonomía, desarrollo afectivo, emocional, motor, artístico. Por lo que no garantiza la coherencia entre las intenciones educativas recogidas en el currículo y los aprendizajes evaluados.
  • Esta Prueba discrimina al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y a los alumnos de compensación educativa para los que no se realiza ningún tipo de adaptación de la misma, obligándoles a la mayor parte de estos alumnos (que presentan más de dos años de desfase curricular) a quedarse delante del papel en blanco todo el tiempo que dura la prueba; con la incidencia que tiene este tipo de experiencias en la autoestima.
  • La Consejería de Educación, a través de la Inspección educativa, ha dado mucha importancia a los resultados de esta prueba. Este hecho, unido a la publicación de los resultados en un ranking, está produciendo en muchos centros efectos muy negativos para el proceso de enseñanza- aprendizaje de los alumnos. Hay un gran número de equipos directivos que obligan a los tutores de estos cursos a dedicar varias sesiones de sus materias a “preparar” a los alumnos para sacar buenos resultados en las CDI. Por ello, no sólo se da una alteración de la programación docente al tener los profesores que acomodarse a la prueba de evaluación, dejando en segundo término el currículo establecido; sino también en la valoración implícita que genera en la sociedad de lo que realmente es importante en la educación.
  • La prueba no contempla avances de los alumnos, sólo toma en cuenta lo que estos hacen en el momento de realizarla. No toma en cuenta puntos de partida, por lo tanto, no se sabe lo que estos realmente han avanzado gracias a la enseñanza recibida. Esto refuerza visiones erróneas de la eficacia escolar, ya que esta no se está evaluando realmente. Podría darse el caso de que un alumno hubiese tenido este conocimiento adquirido antes de iniciar la enseñanza del mismo, por lo tanto, en términos de avance, encontrarse exactamente en el mismo punto en el que empezó. En cambio, puede ocurrir que alumnos que han tenido menos oportunidades de escolarización o un nivel sociocultural bajo (la mayoría escolarizados en colegios e institutos públicos), habiendo empezado muy por debajo de lo esperado, hayan avanzado significativamente desde este punto, pero sigan algo distante de lo esperado. La eficacia del centro en estos casos ha sido alta, pero no queda reflejada en este tipo de pruebas.
  • La prueba no tiene en cuenta ningún factor contextual socio-cultural ni económico. Este desprecio por el contexto la sitúa, por un lado, fuera de los sistemas de evaluación más conocidos y ofrece, por otro lado, una información desajustada de la realidad educativa. Una evaluación externa debe tener en cuenta el contexto de la escuela, por lo que los resultados no pueden obviar diferentes variables que los condicionan: nivel sociocultural de las familias y su entorno, % de alumnado inmigrante y alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, tipo de plantilla, dinámica de los centros, participación, gasto educativo por alumno...
  • La evaluación externa así concebida, traslada la responsabilidad de este tipo de resultados a los centros y a los docentes, sin asumir, ya que no se evalúa, otros aspectos mucho más sustanciales relacionados con las políticas educativas y su incidencia en los resultados educativos.
  • La Consejería de Educación indica que una de las funciones de la CDI es “Organizar en los centros medidas de refuerzo dirigidas a garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos y las destrezas indispensables”. Los centros con peores resultados (la mayor parte con un alto tanto por ciento de alumnado con deprivación cultural y económica), en los 7 años que se lleva realizando la prueba CDI no han recibido por parte de la Administración ningún tipo de ayuda, asesoramiento pedagógico ni nada parecido. Es obvio que el objetivo de la Administración no es mejorar la calidad de la enseñanza. 
  • A pesar de la prohibición explícita de la Ley Orgánica de Educación (“En ningún caso, los resultados de estas evaluaciones podrán ser utilizados para el establecimiento de clasificaciones de los centros. LOE. Titulo VI. 144.3” ) cada año se publica un ranking de los colegios de la Comunidad de Madrid en función de los resultados en estas pruebas. Y todos sabemos que la Consejería de Educación tiene un objetivo claro al permitir a los medios de comunicación publicar este ranking de centros:  desprestigiar la educación pública madrileña para seguir justificando sus políticas privatizadoras y seguir dando cada vez más recursos a su escuela, la escuela privada.
  • La Comunidad de Madrid ha obviado las reiteradas opiniones de profesionales de la orientación, Movimientos de Renovación Pedagógica, Organizaciones Sindicales, FAPA Giner de los Ríos, expertos universitarios en la materia, etc. acerca de que esta prueba de evaluación no cumple con los criterios mínimos de prueba diagnóstica, ni tiene en cuenta el  “carácter formativo y orientador para los centros e informativo para las familias y para el conjunto de la comunidad educativa”,  como se establecen en los artículos 21 y 144 de la LOE.
A día de hoy continua produciéndose un engaño a las familias, a los alumnos, a los profesionales, y a la opinión pública en general: se nos dijo que era una prueba de “diagnóstico general del sistema educativo", se anunció como algo anónimo, se dijo que no se harían públicos los resultados y se hizo ver que serviría para aumentar los recursos necesarios e intentar solucionar los problemas detectados. Los hechos nos demuestran justo lo contrario: siete años después de la primera prueba se sigue reduciendo el presupuesto para educación, se aumenta el número de niños por aula, se reduce el número de profesores y de unidades, seguimos siendo la comunidad autónoma que menos invierte en educación pública y que más aumenta la inversión en la educación privada, y un largo etcétera.

Y por último, queremos denunciar que ante los diferentes profesionales y miembros de la comunidad educativa (tutores, orientadores, PTSCs , profesores de apoyo y familias) que se han opuesto a la realización de las pruebas CDI (tanto en 6º Primaria, como en 3º ESO), la Consejería de Educación ha reaccionado de forma negativa:
  • Los centros que se han negado a realizar la prueba (de diversas formas) en estos años, han sido inspeccionados sufriendo algunos de ellos, consecuencias negativas en el seno de sus equipos docentes, amedrentando y amenazando a tutores, orientadores y familias.
  • Cuando en un centro no se presente a la prueba más del 5% del alumnado, el inspector correspondiente elevará un informe sobre las causas de tal hecho.
  • Aun realizando estas prácticas coercitivas, han sido muchas las familias que han seguido sin llevar a sus hijos a realizar la prueba. Por ello la Consejería, en los siguientes años, ha introducido en la legislación referente a la prueba CDI dos aspectos con la idea de intimidar a las familias y que no objeten:
    • Los resultados de la Prueba de 6º y 3º ESO de cada alumno/a se adjunta a su expediente personal (orden 1028/2008). En este sentido es importante aclarar a los padres que ésto no repercute negativamente de ninguna forma en el expediente del alumno. No hace media con ninguna nota ni similar.
    • En 3º ESO, las calificaciones obtenidas se tendrán en cuenta para: diplomas de aprovechamiento, menciones honoríficas, participación en premios extraordinarios.
Si los aspectos detallados más arriba muestran la falta de rigor en el diseño de estas pruebas y el uso que se hace de los resultados; la introducción de éstas últimas medidas por parte de la Consejería de Educación ponen de manifiesto el carácter impositivo y poco dialogante de su modo de proceder, así como la falta de sensibilidad ante la denuncia social que proviene de los sectores educativos más comprometidos con la defensa de una escuela pública. 

Tenemos derecho a objetar una evaluación que está en contradicción con los valores éticos que están en la base de una escuela de todos y para todos.  


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