Desde
Plataforma Sierra Norte en defensa de la Escuela Pública, nos
preocupan los procesos que se están dando en muchos Colegios
públicos de Educación Infantil y Primaria de la Comunidad de
Madrid, para llevar a cabo el cambio de la Jornada escolar.
Estos
procesos, iniciados hace varios años sobre todo en alguna Área
Territorial, suelen traer consigo deterioro de la convivencia dentro
de la Comunidad educativa, y con frecuencia se desarrollan con poca
información y diálogo. En estos meses se han intensificado estos
procesos por toda la Comunidad de Madrid, a raíz de la publicación
de las Órdenes de la Consejería de Educación, que regulan la
Jornada escolar y los procedimientos a seguir (Orden 11994/2012 de 21
de diciembre y Orden 502/2013 de 25 de febrero).
Es
significativo que estas Órdenes surjan como continuación de los
recortes profundos a la Escuela Pública llevados a cabo por la
Comunidad de Madrid en los últimos años; y que han dejado al
profesorado frustrado, al alumnado desatendido, a las familias
consternadas y a la ciudadanía perpleja ante tal acoso a la
Educación pública.
Queremos
llamar a la conciencia crítica y ética del profesorado, que ha
defendido y continua defendiendo la Escuela Pública. Esta medida de
la Consejería supone un debilitamiento mayor de la escuela pública,
disfrazado de compensación al profesorado y de estímulo a la
autonomía de los centros. Se puede entender que el profesorado
quiera mejorar sus condiciones laborales y que si se le convoca a un
claustro para votar sobre el cambio de Jornada Partida (JP) a la
Jornada Continua (JC), no siempre haya podido hacer una reflexión
profunda de las consecuencias que la implantación de la JC puede
tener.
Sin
embargo es claro que no pueden satisfacerse los beneficios de un
colectivo en detrimento de los objetivos fundamentales de la escuela.
Como se señalaba en otro documento de los Movimientos de Renovación
Pedagógica (MRPs):
“El
bien que hay que preservar a
toda costa es el de la formación-educación de los futuros
ciudadanos y ciudadanas, de
todos sin ningún tipo de exclusión.
La defensa de la jornada
continuada para los alumnos sin entrar en más consideraciones
supondría la generalización de un incremento significativo del
tiempo fuera del contexto escolar” (…) La educación es un
proceso permanente de construcción de la persona en relación
consigo misma y con los demás, independiente de los procesos
productivos a los que se liga habitualmente en nuestro sistema. En
esta lógica entendemos que
los centros públicos deben permanecer abiertos a todos los
ciudadanos durante el mayor tiempo posible haciendo viable el
aprendizaje permanente (…)
Frente al tiempo escolar lo que queda es un tiempo de gestión
privada, el refugio solitario
de la familia que puede atender a sus hijos con actividades privadas
pagadas. En muchos casos, donde no se puede dar esa atención, se
incluye una mayor exposición a la televisión, a la calle con un
deficiente contexto normativo, la soledad del niño-llave, etc”.
Y
en el momento duro que vivimos, siendo testigos de un ataque frontal
a la Escuela Pública y de un claro proceso de privatización de
nuestros servicios públicos, nos parece imprescindible crear
espacios de reflexión y de diálogo en nuestros centros. Por si os
ayuda a profundizar en las diversas perspectivas sugerimos una serie
de ejes que consideramos importante tener en cuenta:
1
- Importancia de contemplar con honestidad y como prioritario el
beneficio para el alumnado.
No existen estudios que den consistencia a las afirmaciones que
hacen los partidarios de la JC sobre las ventajas para el alumnado;
y sí hay estudios que reflejan las dificultades que arrastra este
tipo de jornada. Por ello es indispensable que se hagan estudios
rigurosos sobre
las implicaciones pedagógicas del horario escolar, que tenga en
cuenta los ritmos de aprendizaje, la distribución del tiempo
escolar y la necesaria atención que debe prestar la Escuela a todos
los alumnos poniendo más atención en los colectivos socialmente
más desfavorecidos y evitando enfrentamientos en los que se
utilizan argumentos falaces.
Los
pocos estudios científicos que hay al respecto indican que el
rendimiento es menor en los centros con Jornada continua (Estudio de
José Ramón Caride (1993): Hay un 10-20% más de fracaso escolar en
los centros de JC y los alumnos manifiestan una mayor fatiga en la
JC (el 47%, entre las 13 y las14 h) que en la jornada partida (sólo
el 27% entre las 16 y las 17 horas, Informe “L’expertise
collective” y el de Sánchez López y Díaz Morales (Feito, 2007
en C. de P. febrero).
2
– Es necesario que este tipo de ordenamiento sea global con una
normativa obligatoria para todos los centros -públicos y
concertados-, porque es la administración quien tiene que garantizar
los principios y metas fundamentales de la educación. Con
la JC, sin que se den una serie de condiciones que no se recogen en
las Órdenes publicadas,
no se garantiza ni la
atención a todos y cada uno de los alumnos,
ni la coordinación
del profesorado, ni la función compensatoria que tiene la escuela
para los alumnos con peores condiciones sociales, ni la participación
de las familias,... ni el apoyo a la escuela pública,
cuando en la concertada no sólo no se da la JC sino que se tiende a
ampliar el horario
3
– Las actividades de
la tarde tienen que estar incluídas en el Proyecto Educativo
y ser complementarias del curriculum. Tienen que desarrollarse como
otras actividades educativas del centro para todo el alumnado, sin
quedar en manos privadas. Esto es compatible con estudiar
otras posibilidades de organización del horario del profesorado que
pueden ser parcialmente satisfactorias sin menoscabo de los fines
educativos.
4
– Al limitarse el horario queda
muy poco margen para atender al alumnado con necesidades educativas
especiales que
requerirían no sólo más profesionales, sino un tiempo específico;
las reuniones de los equipos docentes, actividades de profundización,
etc. En todo caso consideramos que la jornada del alumnado debe
organizarse buscando el rendimiento óptimo del alumnado y su
formación integral como ciudadanos y ciudadanas, ha de estar ligada
al desarrollo de todas sus capacidades y a la lucha contra el fracaso
escolar, programando determinados espacios y tiempos a la atención
personalizada a aquellos alumnos y alumnas que requieran una
dedicación especial.
5
- Las
actividades de la tarde
no pueden quedar supeditadas a las preferencias presupuestarias de
los ayuntamientos y de las ayudas de la Comunidad, que en estos
tiempos de “crisis” cada vez son menores. Es
una falacia que se argumente que el colegio estará abierto hasta las
16H. Estarán
abiertos hasta las 16H los colegios que tengan servicio de comedor y
que tengan extraescolares, pero no tienen porque ser todos; por lo
que habrá cada vez más colegios que están en desventaja; y además
se abre la puerta más todavía a la externalización de servicios y
a la privatización. Como indica Antonio Tinajas, catedrático de
enseñanza secundaria, en su artículo publicado en la Revista
Iberoamericana de Educación nº 59/3 (os lo mandamos en un adjunto)
“alguien
deberá explicar por qué es necesario que la sociedad asuma un coste
adicional para que un niño esté en la escuela de 9 a 17 horas y con
un servicio de calidad inferior (o, ¿vamos a equiparar a los
monitores que les atienden de 15 a 17 con los maestros?). La
situación menos discriminante para las familias (pero también la
menos habitual) es aquella en la que la administración se hace cargo
de las actividades extraescolares. Pero no podemos obviar una
realidad: los recursos son limitados. Si los empleamos en pagar
actividades extraescolares que con la JP no eran necesarias, ¿qué
partidas se resentirán? Por no hablar de lo que puede ocurrir cada
vez que la coyuntura económica no sea favorable y las
administraciones pasen a considerar prescindible todo aquello que en
época de bonanza parecía imprescindible, como subvencionar
pupilajes de 8 a 9 de la mañana, comedores escolares, o actividades
extraescolares tras la jornada escolar. Eso es algo que
desgraciadamente está pasando ya (www.elpais.com , 15.10.2005)”.
6
- Es un ataque claro a los comedores escolares de los centros
públicos.
Hay
una manifiesta reducción del alumnado que hace uso del servicio de
comedor, que lo vuelve menos rentable y acaba desapareciendo. Por lo
que hay familias que tendrán que cambiar de colegio a sus hijos
porque necesitan el comedor escolar, muchas veces a centros
concertados. Hay colegios públicos donde apenas existe ya servicio
de comedor por la reducción de las becas. No nos extrañaría que
una de las razones por las que la Comunidad de Madrid este
facilitando la implantación de la JC sea para ir eliminando los
comedores escolares y quitarse para siempre el problema de las becas.
Para los niños de familias desfavorecidas el espacio del comedor
supone una gran ayuda, tienen garantizada una comida de calidad al
día.
7
- El paso a
la jornada continua puede
incrementar las desigualdades sociales y étnicas ante
la educación, al menos en tres aspectos:
.
Las comunidades autónomas más ricas y con más privada-concertada
han rechazado la jornada continua (en Cataluña el aumento de la
sexta hora lectiva hace más inviable la jornada continua, y hasta en
secundaria hay jornada partida)
.
La escuela privada (ver FERE) considera preferible la jornada
partida.
.
Con la jornada continua se incurre en el riesgo de que el rendimiento
sea menor y de que desaparezcan los servicios complementarios
(comedores, actividades extraescolares... como sucede en algunas
comunidades con jornada continua como Canarias) cada vez más
importantes en la sociedad actual.
.
Si no se garantiza una auténtica atención a la diversidad del
alumnado y sus diferentes necesidades, siempre los más perjudicados
son los más débiles.
8
- La participación del profesorado en cursos de formación no
mejoran
con la JC (no se han detectado planes de formación en centros más
intensos y extensos que antes), mientras que los horarios de atención
a los padres y el cumplimiento de la hora exclusiva han empeorado
(ver, por ejemplo, La Memoria del Consejo Escolar de Castilla- La
Mancha, abril de 2000-agosto de 2001, p.87)
9
- Se merma de
forma significativa la participación de las familias. Las
organizaciones de padres y madres (CEAPA y la FAPA) han defendido en
múltiples ocasiones la no implantación de la Jornada continua, ya
que consideran que se produce un perjuicio claro a las familias y el
alumnado (en la pag web
(http://jornadacontinuaypartida.wordpress.com).
10
- Otro argumento que hemos escuchado de compañeros que defienden la
JC es que los conflictos se reducen con la implantación de la
Jornada continua.
Creemos que este dato no es real. Los conflictos son los mismos, la
diferencia estriba en que los maestros en los centros con JC no se
enteran de los conflictos de comedor, pero esto no quiere decir que
no sigan ocurriendo. Consideramos que uno de los objetivos
principales de la escuela es favorecer el proceso de socialización
de los alumnos y que el comedor y su patio es un espacio educativo
crucial para ello. En los colegios de JP, cuando alguno de nuestros
alumnos tiene un problema o un conflicto en el rato de comedor, el
profesorado estamos en el centro y a las 15H dedicaremos un rato a
reflexionar y tratar sobre los conflictos de comedor. En los colegios
con JC la coordinación entre los monitores de comedor y los maestros
es, en la mayor parte de los casos, inexistente.
Partiendo
del hecho de que la mayoría de los que hacemos parte de la
Plataforma somos maestros de la Escuela Pública, y que entendemos
que el cambio de jornada horaria es mucho más cómoda para el
profesorado, consideramos que esta reivindicación no puede
conseguirse sin tener en cuenta las necesidades de los demás
colectivos y los fines de la educación pública.
Esperamos
que esta reflexión que os proponemos pueda ayudaros a la hora de
tomar decisiones, y a aumentar la conciencia de que lo prioritario
es la defensa de un escuela pública de todos y para todos por encima
de los intereses particulares.
La
Cabrera, a 2 de abril de 2013
PLATAFORMA SIERRA NORTE EN DEFENSA
DE LA ESCUELA PÚBLICA